Hace pocos días, l'Institut Català de l’Energia (ICAEN) actualizaba la información relativa a la gestión del fondo de las ayudas Next Generation y confirmaba que se han agotado las líneas de programas referentes a las energías renovables para autoconsumo y térmicas renovables.
Estas ayudas se publicaron en enero de 2022 y analizando los datos que se pueden consultar en la web del Observatorio de Autoconsumo de Cataluña que publica el propio ICAEN, se puede concluir que han sido un gran estímulo para la implantación de estas instalaciones.
Estas ayudas no son el único elemento de impulso del sector, puesto que se han sumado los incentivos a cargo de los entes locales como son las bonificaciones del IBI municipal, las deducciones de la renta por inversiones energéticas y así como otras ayudas de rehabilitación energética. También debe tenerse en cuenta que la situación de los precios elevados del mercado energético (2021-2022) también ha favorecido la demanda de las instalaciones renovables.
En cuanto a las ayudas del ICAEN, aunque la resolución de los expedientes no se ha realizado de forma suficientemente ágil, no se ha cumplido el calendario previsto y la previsión de los pagos de las ayudas también va con retraso, es preciso decir que las solicitudes se siguen tramitando incluso a fecha de hoy con los fondos agotados.
Cabe recordar que como país tenemos un reto importantísimo para hacer frente al cambio climático y unos objetivos de transición energética que no podemos permitirnos incumplir: conseguir que el 50% de la energía eléctrica sea proveniente de fondos renovables para el año 2030 , y el 100% para 2050.
Si revisamos los datos publicados por el ICAEN, estaríamos alrededor del 22% de alcanzar este objetivo para 2030 y quedan 7 años. ¿El sector se habrá impulsado suficientemente para no necesitar más estímulos de ayudas? Recordemos que cuando se publicaron estas ayudas (en enero de 2022) éstas fueron acompañadas de otros estímulos como son las bonificaciones del IBI y también de una situación de precios energéticos elevados. A fecha de hoy, estos precios del mercado energético llevan ya meses en una dinámica a la baja, y, por otra parte, algunos municipios se están replanteando reducir las bonificaciones del IBI.
Además, si continuamos con el análisis de los datos, veremos que de las 60.208 instalaciones solares de autoconsumo (datos de diciembre 2022) tan sólo el 1% corresponde a instalaciones solares colectivas. Y la realidad es que el 80% de la población catalana vive en pisos. ¿Qué estamos haciendo mal con las colectivas? El principal problema es la falta de garantía de que esta energía generada por las colectivas llegue finalmente a sus beneficiarios.
En cuanto a este último punto, en la tramitación de las colectivas, parece que el problema de la distribuidora radica en la gestión de la gran cantidad de datos para realizar los balances horarios de generación limpia y reparto correspondiente. Ante esta afirmación, cabe preguntarse si de verdad no tenemos capacidad técnica para poder resolverlo. Si éste es el cuello de botella habrá que solucionarlo y pedir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores una mejor regulación al respecto y una homogeneización de los software específicos para que facilite sus comunicaciones. Esta respuesta debe llegar de forma efectiva y rápida porque es un freno al despliegue de las colectivas.
Tampoco podemos olvidar que para alcanzar estos objetivos de transición energética no sólo debemos focalizarnos en el despliegue de las energías renovables, sino que debemos hacerlo paralelamente con la eficiencia energética. En cuanto a las renovables térmicas en uso residencial, el programa 6 de las ayudas del ICAEN también se ha agotado. Unas ayudas que han sido un gran estímulo para el sector, aunque no ha sido de forma equitativa entre las distintas tecnologías.
En la línea de inversiones de eficiencia energética en el ámbito residencial -y aquí entran las instalaciones térmicas renovables-, todavía se puede optar a las ayudas que gestiona el Departamento de Vivienda de Fondos Europeo (Programa 3 y 4), tramitar las deducciones de la renta para inversiones energéticas de la renta y, también, en algunos casos, optar a las ayudas PREE5000 que están ya en sus finales. Convendría que los profesionales conocieran todas estas fuentes de ayudas para seguir impulsando el sector de las térmicas renovables.
En resumen, esperamos que la Generalitat haga efectivas las herramientas necesarias para resolver más ágilmente los expedientes que ya están en curso. Conviene también que encuentre más recursos económicos para seguir impulsando la transición energética, redireccionando parte de las ayudas hacia el fomento de proyectos de tipo colectivo ya sea privados como públicos. Y por último, pero posiblemente lo más importante, conviene que la Generalitat dé el apoyo necesario para el despliegue de estas instalaciones colectivas, que realice su seguimiento y penalice los incumplimientos de las distribuidoras en las tramitaciones.Quizás así, podremos alcanzar los objetivos de transición energética a los que nos hemos comprometido como país.