En esta entrevista al socio de SUNO Enginyeria, Jesús Teixidor, profundizamos en las oportunidades y retos de las redes de calor y frío de 5ª generación (5GDHC) en Cataluña. Teixidor apunta que es necesario superar barreras administrativas y de conocimiento, y destaca la importancia de un marco legal claro y de un plan estratégico para su despliegue efectivo.

¿Por qué no están más extendidas en Cataluña las redes de calor y frío de muy baja temperatura?

Según el censo que realiza anualmente ADHAC en Cataluña, a finales de 2024 había 222 redes de distribución de energía térmica operativas, de las cuales 215 eran redes de calor y 7 redes de calor y frío. Cabe matizar que la inmensa mayoría son microrredes que dan servicio a pocos edificios. Ninguna de estas redes censadas responde al esquema característico de las redes de muy baja temperatura (o redes de calor y frío de 5ª generación, 5GDHC).

Lo habitual ha sido desarrollar redes “convencionales” de calor y frío, centralizando la generación energética y priorizando ubicaciones con mayor densidad energética para reducir la inversión inicial y las pérdidas en la distribución. Este modelo, por diversos motivos (no todos técnicos), no se ha popularizado en nuestro país, donde predominan las soluciones individuales de calefacción y refrigeración.

Aun así, el hecho de que las redes 5GDHC combinen una infraestructura común con bombas de calor individuales, nos hace pensar que será un modelo que permitirá popularizar las redes de distribución de energía térmica en Cataluña.

¿Cuál es la previsión para los próximos años?

Hay varios factores que nos hacen ser optimistas respecto a la implantación de redes de calor y frío con geotermia en Cataluña. El PROENCAT 2050 establece que el grado de electrificación del sector residencial debe pasar del 42% al 84%, y el del sector servicios, del 67,9% al 97,5%. Nos centramos en estos dos sectores porque son los que más necesidades de climatización tienen, aunque también encaja perfectamente en el sector industrial.

Esta electrificación se realizará mayoritariamente con bombas de calor debido a su alto grado de eficiencia. Entonces, la población deberá elegir qué tipo de bomba instalar: una bomba de calor aire-agua o una agua-agua.

¿Qué uso se prevé de este tipo de instalaciones teniendo en cuenta que, con el cambio climático, la demanda estará cada vez más ligada a la refrigeración y no solo a la calefacción?

Este punto ha sido clave para proponer redes de 5ª generación en municipios donde inicialmente se planteaban redes de calor centralizadas. Los efectos del cambio climático, reflejados en los distintos informes del IPCC, muestran en Cataluña períodos de calefacción más cortos y de refrigeración más largos.

En el ámbito local, en proyectos estudiados en la zona de Osona, hemos visto que se pasa de una demanda del 73% en calefacción y 27% en refrigeración en 2020, a una previsión del 41% en calefacción y 59% en refrigeración en 2050. El cambio principal se da en la ampliación de la temporada de refrigeración, más que en los picos de potencia.

En este escenario, asegurar la temperatura de intercambio con una red térmica ofrece un mayor rendimiento respecto a intercambiar con el aire, lo que hace que, en la mayoría de casos, la opción geotérmica sea más eficiente que la aire-agua.

Dado el panorama, creemos que en muchas zonas de Cataluña hay que empezar a plantear seriamente la incorporación de la refrigeración en la infraestructura de red térmica. Las redes 5GDHC cubren esta demanda con una inversión en infraestructura más moderada que una red de cuatro tubos.

La bomba de calor geotérmica permite rendimientos de hasta el 600–700%. ¿Qué hace falta para impulsarla en Cataluña y el resto del Estado?

Desarrollar las infraestructuras de redes térmicas provocaría, sin duda, un aumento en la instalación de bombas de calor geotérmicas en entornos urbanos, donde a menudo no es viable realizar sondeos para instalaciones individuales.

Por otro lado, sería muy útil que las campañas informativas incluyeran también la geotermia como tecnología de bomba de calor, ya que muchas veces se asocia este término solo a la aerotermia, dejando fuera soluciones muy válidas. También sorprende que en los Certificados de Ahorro Energético (CAE) no se reconozca el mejor rendimiento de las bombas geotérmicas al sustituir calderas.

El papel ejemplificador de la administración es clave. Que adopte la geotermia como solución válida para climatizar edificios públicos genera confianza y casos de éxito. Actualmente trabajamos en varios proyectos de redes 5GDHC donde al menos un anillo térmico incluye edificios municipales. Se propone climatizar, por ejemplo, una escuela con geotermia y conectarla a una red que pueda dar servicio a edificios residenciales vecinos. Esto asegura al menos un cliente, demuestra los beneficios y anima a los vecinos a conectarse.

¿Cuántas instalaciones de geotermia hay actualmente en Cataluña?

Cataluña cuenta con el Observatorio de Geotermia Superficial, realizado por el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya con apoyo del Institut Català d’Energia y la Agència Catalana de l’Aigua, en colaboración con el Grupo de Trabajo de Geotermia del Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña. La última actualización (febrero de 2024) indica que hay 64,3 MWt repartidos en 950 instalaciones, la mayoría inferiores a 30 kW.

Estos datos se han recopilado a partir de consultas a entidades públicas y privadas, por lo que probablemente no recogen el 100% de las instalaciones, pero en cualquier caso, ya hay más de 950 instalaciones en Cataluña, lo cual no es poco.

¿Cuáles son las barreras actuales en Cataluña y España para impulsar la geotermia y las redes de 5ª generación?

Además de las barreras mentales (quizás las más difíciles), están las administrativas. La falta de un marco legal claro no ayuda, aunque la situación está mejorando. Hace unos meses se sometió a consulta pública un borrador de RD sobre la promoción de redes de calor y frío y un sistema integrado de garantías de origen para usos térmicos, basado en las Directivas (UE) 2023/1791 y 2023/2413.

Estas directivas obligan, por ejemplo, a los municipios de más de 45.000 habitantes a tener planes de calefacción y refrigeración, situando las redes como infraestructuras a considerar.

Una vez establecido el marco legal, es necesario apoyar a quienes quieran promover redes térmicas. Desde la iniciativa privada, ocupar suelo público supone entrar en concesiones que pueden eternizarse. En cambio, desde la promoción pública, los problemas aparecen más en la fase de operación. Establecer líneas de colaboración público-privadas es clave.

En cuanto al aspecto económico, sería muy positivo reactivar el programa de incentivos a redes térmicas con renovables, que se quedó en la primera convocatoria, para activar proyectos actualmente parados.

Expertos en geotermia reclaman un plan estratégico para su promoción hasta 2030.

Lo vemos totalmente necesario. Así como el PROENCAT 2050 marcó las líneas maestras para la descarbonización, hacen falta planes sectoriales para concretar cómo hacerlo.

Comentábamos antes que en febrero de 2024 había 950 instalaciones censadas sin campaña divulgativa. Un plan serviría para dotar de recursos a entidades para difundir la tecnología, iniciar proyectos piloto, capacitar a técnicos y decisores como ingenieros, arquitectos, promotores y administraciones.

Las nuevas directivas europeas sobre edificación (especialmente la EPBD) plantean si rehabilitar primero o cambiar los equipos. ¿Qué opinas?

Es un debate interesante, pero no debe paralizarnos. En 2011 había 3.863.318 viviendas (1.177.321 edificios) en Cataluña, de las que el 60% fueron construidas antes de 1980. Considerando que el CTE entró en vigor en 2006, casi 4 millones de viviendas están fuera de sus requisitos actuales. Por tanto, es evidente que debemos rehabilitar gran parte del parque edificado.

Lo mismo ocurre con los sistemas de climatización, muchos de los cuales son poco eficientes y requieren renovación.

La opción ideal es una rehabilitación integral, pero a menudo no es viable. Cambiar primero los sistemas de climatización es más rápido y económico, y proporciona ahorro o confort desde el primer día.

Desde SUNO Ingeniería, habéis trabajado la viabilidad de sistemas geotérmicos comunitarios en una docena de municipios en 2024. ¿Qué conclusiones extraéis?

Sí, en 2024 hicimos anteproyectos de redes 5GDHC con estudios de viabilidad técnica y económica para ayuntamientos, comunidades energéticas y promotores privados.

El primer obstáculo fue obtener datos de potencia y consumo. Al no haber datos públicos, desarrollamos una metodología para trasladar simulaciones de edificios individuales al ámbito urbano.

Esto nos permitió cuantificar el ahorro energético potencial por rehabilitación. En redes 5GDHC, este ahorro se traduce en menos sondeos, reduciéndolos casi a la mitad en muchos municipios.

Otra conclusión es que para los ayuntamientos, las redes 5GDHC encajan mejor que las de 3ª/4ª generación, al no tener una central térmica, lo que reduce inversión inicial y gastos operativos, dejando las bombas de calor a cargo de los usuarios o gestores.

Este modelo también encaja con la estrategia de electrificación ya iniciada por muchos usuarios.

Hay que sensibilizar sobre la geotermia. Así como tenemos redes de fibra, agua, alcantarillado y electricidad, también podemos tener una red de energía térmica común, pública o comunitaria, como una instalación de autoconsumo colectivo.

¿Qué encaje ves entre las redes 5GDHC y las Comunidades Energéticas?

Encajan perfectamente. Falta tiempo para que las Comunidades Energéticas maduren, ya que su inicio ha estado centrado en compartir electricidad solar. Pero tiene todo el sentido que amplíen su alcance.

Casi el 70% del consumo energético de una vivienda se destina a calefacción, refrigeración y ACS. Es lógico que las Comunidades Energéticas empiecen a cubrir también esta parte.

La Directiva (UE) 2023/2413 enfatiza el papel de las Comunidades Energéticas en la transición energética y su vínculo con redes térmicas.

¿Qué proyectos destacarías ahora mismo en geotermia?

En 2025 estamos trabajando en varios proyectos ejecutivos de redes 5GDHC. El más emblemático es el de la antigua prisión de La Model, en Barcelona. En este proyecto colaboramos como especialistas con la UTE Santi Vives, Grau-Casais, Massana-Bosch.

Desde 2022 incorporamos simulaciones energéticas a nuestros proyectos. Para trasladarlas al ámbito urbano, colaboramos con la cooperativa Eclekte Coop de Valencia, y fundamos la cooperativa de segundo grado Mosaik UBEM.

Desde Mosaik UBEM ofrecemos servicios de modelización energética urbana a municipios, arquitectos, urbanistas y administraciones, con soluciones para un urbanismo más eficiente y habitable. Esta área es clave para los proyectos geotérmicos en los que estamos inmersos.

Recientemente, habéis recibido la confirmación de un proyecto para el desarrollo de 3 oficinas de apoyo a empresas en la Transición Energética. ¿Cuál crees que será su papel en el despliegue de las renovables en el territorio?
Nos hace mucha ilusión este proyecto. Desde la cooperativa de segundo grado ePlural, de la que formamos parte junto con Arkenova, EPI, Som Mobilitat y Tandem Social, se propuso a la Federación de Cooperativas de Trabajo presentarse al concurso de Oficinas Empresariales de Transición Energética junto con el grupo cooperativo BATEC. De este modo, la Federación de Cooperativas de Trabajo presentó la propuesta de 3 oficinas empresariales: una en Barcelona que gestionará BATEC y dos más que gestionaremos desde ePlural, una en Terres de l’Ebre y otra en el Gironès, Alt y Baix Empordà.
Estas oficinas tienen como objetivo ayudar a impulsar proyectos de generación renovable y eficiencia energética en el tejido productivo, sobre todo en PYMES. Otro aspecto que se busca con estas oficinas es desarrollar Comunidades Energéticas en polígonos industriales. Estos objetivos encajan con las actividades que desarrollamos en ePlural, donde tenemos un enfoque más industrial y del sector terciario.

Con estas oficinas trabajaremos principalmente para apoyar a las empresas en el desarrollo de la transición energética y, en función de las necesidades que vayan surgiendo, pondrán de manifiesto esta necesidad de renovables en el territorio.

¿Qué papel pueden jugar la digitalización y tecnologías como la inteligencia artificial en la gestión y optimización de las redes térmicas de 5ª generación?

Prevemos que el uso de la inteligencia artificial será clave para aprovechar al máximo las redes térmicas de 5ª generación. Actualmente estamos trabajando en estrategias de control predictivo de instalaciones de climatización y producción térmica con el objetivo de optimizar consumos, costes y condiciones de confort en temperatura y humedad. Desarrollamos un modelo térmico detallado del edificio y sus instalaciones con EnergyPlus y, a partir de la recogida de datos reales mediante sensores, entrenamos este modelo con métodos de Machine Learning como el RL y el DRL, de forma que el algoritmo ajuste en vivo y en continuo el funcionamiento de la instalación real (dentro de un rango de parámetros que le definimos) según la retroalimentación entre el modelo virtual y la realidad física, para obtener el resultado deseado.

Es decir, tenemos un modelo energético basado en EnergyPlus que, a través de los sensores, lo entrenamos para alcanzar los objetivos que le marcamos, generando un gemelo digital energético. Pero… si disponemos de modelos EnergyPlus de toda un área urbana conectada a una red 5GDHC, podríamos desarrollar lo que estamos consiguiendo en un solo edificio en toda una área urbana, optimizando, por ejemplo, estrategias de flexibilidad de la demanda manteniendo condiciones de confort interiores. Esta es solo una de las aplicaciones en las que estamos trabajando.

¿Crees que es necesario repensar los modelos de gestión de las redes de frío y calor para que sean más participativos o público-comunitarios? ¿Cómo pueden encajar las cooperativas o el mundo local en esta gobernanza?

Sí, es necesario repensar los modelos de gestión, pero sobre todo es necesario desarrollar Redes de Frío y Calor. Con el desarrollo de los anteproyectos que hemos ido haciendo y conversaciones con diferentes agentes implicados, una opción que vemos que podría facilitar que esto suceda es la siguiente: el ayuntamiento se encarga de promover la red, la construye, y la comunidad energética local se encarga de gestionarla. Con este esquema hay múltiples formas de cubrir la parte económica; no necesariamente debe asumirla el ayuntamiento, pero el titular del suelo público promueve una instalación en su terreno. La implicación de la comunidad energética puede iniciarse en distintas fases, pero creemos que es un esquema que debería permitir desarrollar estas instalaciones de forma más participativa y en plazos razonables.

Para que esto ocurra, es necesario preparar a las Comunidades Energéticas para este tipo de tareas. Que se encarguen de la gestión no significa que lo hagan directamente, pero sí que se encarguen de buscar quién lo haga y velar para que el beneficio revierta en la propia comunidad.

Tenemos ejemplos en el norte de Europa para elegir y aprender: sociedades como la danesa juegan en otra liga y allí la mayoría de redes son gestionadas por cooperativas locales. Pero además de Dinamarca, estamos en contacto con cooperativas de Holanda, Alemania, Grecia… que nos cuentan lo que están desarrollando en sus países y de quienes podemos aprender muchas cosas. No hace falta inventar nada, solo adaptar lo que funciona a nuestra realidad.